HECHOS 9:4-22
cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?»
5 El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
6 Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.»
7 Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto
8 Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco.
9 Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.
10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: «Ananías.» El respondió: «Aquí estoy, Señor.»
11 Y el Señor: «Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo
12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos para devolverle la vista.»
13 Respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén
14 y que está aquí con poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.»
15 El Señor le contestó: «Vete, pues éste me es un instrumento de elección que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
16 Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre.»
17 Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.»
18 Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista
19 Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco,
20 y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios.
21 Todos los que le oían quedaban atónitos y decían: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía encarnizadamente a los que invocaban ese nombre, y no ha venido aquí con el objeto de llevárselos atados a los sumos sacerdotes?»
22 Pero Saulo se crecía y confundía a los judíos que vivían en Damasco demostrándoles que aquél era el Cristo.
Cuando uno hace las cosas correctamente, cuando uno va por los caminos del bien muchas veces, la vida misma nos pone ante nosotros pruebas y dificultades, que debemos saber sortearlas.
Muchas veces el enemigo se levanta contra nosotros con argumentos y con ataduras que nos estancan y hasta a veces nos secan nuestra Fe.
Es por eso que cuando estamos en los caminos del Señor, esto acarrea compromisos muy serios, y una forma fácil de lidiar con todas nuestras cargas, angustias y dificultades es llevarlas a la cruz y entregárselas a nuestro Señor todos los días.
Uno puede engañar, a la pareja, uno puede engañar a los compañeros uno mismo se puede engañar, pero JAMAS uno puede engañar a DIOS.
Si decidiste seguir a Jesús, debes ser firme en esta decisión.
Aca adquirimos un valor moral, todo aquello que lleve al hombre defender y crecer en su dignidad de persona. El valor moral conduce al bien moral. Recordemos que bien es aquello que mejora, perfecciona, completa.
El valor moral perfecciona al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en su razón. Se puede tener buena o mala salud.
Sin embargo vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o el cometer un fraude, degradan a la persona, empeoran al ser humano, lo deshumanizan. Por el contrario las acciones buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad, el buscar la justicia, le perfeccionan.
El valor moral y el ser firmes en nuestras decisiones nos lleva a construirnos como hombres, a hacernos más humanos.
Por eso Saulo de Tarso (Pablo), fue una persona firme en sus decisiones porque
ü Recibio revelación de su propia naturaleza V 4-5
ü Tuvo su primer encuentro con Dios V 9
ü Un profeta oro por el V 17
ü Tomó la decisión de Bautizarse V 18
ü Paso un tiempo siendo discípulo V 19
ü Predicó diligentemente a Jesús V 29
ü Se esforzó V 22
I Corintios 6 Firmeza en las decisiones
El recurso a los tribunales paganos6:1 ¿Cómo es posible que cuando uno de ustedes tiene algún conflicto con otro, se atreve a reclamar justicia a los injustos, en lugar de someterse al juicio de los santos?
6:2 ¿No saben ustedes que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo va a ser juzgado por ustedes, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar asuntos de mínima importancia?
6:3 ¿Ignoran que vamos a juzgar a los mismos ángeles? Con mayor razón entonces, los asuntos de esta vida.
6:4 ¡Y pensar que cuando ustedes tienen litigios, buscan como jueces a los que no son nadie para la Iglesia!
6:5 Lo digo para avergonzarlos: ¡por lo visto, no hay entre ustedes ni siquiera un hombre sensato, que sea capaz de servir de árbitro entre sus hermanos!
6:6 ¡Un hermano pleitea con otro, y esto, delante de los que no creen!
6:7 Ya está mal que haya litigios entre ustedes: ¿acaso no es preferible sufrir la injusticia o ser despojado?
6:8 Pero no, ustedes mismos son los que cometen injusticias y defraudan a los demás, ¡y esto entre hermanos!
6:9 ¿Ignoran que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No se hagan ilusiones: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los pervertidos,
6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los bebedores, ni los difamadores, ni los usurpadores heredarán el Reino de Dios.
6:11 Algunos de ustedes fueron así, pero ahora han sido purificados, santificados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.
La fornicación
6:12 "Todo me está permitido", pero no todo es conveniente. "Todo me está permitido", pero no me dejaré dominar por nada.
6:13 Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos, y Dios destruirá a ambos. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo.
6:14 Y Dios que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder.
6:15 ¿No saben acaso que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Cómo voy a tomar los miembros de Cristo para convertirlos en miembros de una prostituta? De ninguna manera.
6:16 ¿No saben que el que se une a una prostituta, se hace un solo cuerpo con ella? Porque dice la Escritura: Los dos serán una sola carne.
6:17 En cambio, el que se une al Señor se hace un solo espíritu con él.
6:18 Eviten la fornicación. Cualquier otro pecado cometido por el hombre es exterior a su cuerpo, pero el que fornica peca contra su propio cuerpo.
6:19 ¿O no saben que sus cuerpos son templo del Espíritu Santo, que habita en ustedes y que han recibido de Dios? Por lo tanto, ustedes no se pertenecen,
6:20 sino que han sido comprados, ¡y a qué precio! Glorifiquen entonces a Dios en sus cuerpos.
Seamos unas Atalayas ( El atalaya tenía por obligación; velar y sonar la alarma cuando el peligro se acercaba) Los reyes de la antigüedad defendían sus ciudades con muros altos y gruesos, de piedra. Encima de esos muros habían torres desde donde los atalayas podían ver a los enemigos que se disponían a atacar cuando aún estaban lejos.
Seamos vigías de nuestro destino seamos convencidos, firmes en todas nuestras acciones y toma de decisiones.
Ezequiel 3:17-18 Dios le dijo a su profeta Ezequiel: “Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya... Cuando yo dijere al impío; De ciento morirás; y tú no le amonestares... el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano”.