jueves, 13 de octubre de 2011

TU ARCO IRIS ESTA POR SALIR


¡Tu arco íris está por salir!

Génesis 7:17-19
Génesis 8:10-11
Génesis 9:14-17

Hoy quiero que nos imaginemos dos situaciones

La primera situación. Estas en un chalet, mirando al campo a través de un ventanal muy grande al lado una gran chimenea que te de calor, tu estas sentado al frente de este ventanal, viendo como cae una lluvia refrescante, esa lluvia te arrulla.

La segunda situación. Ahora tu estas dentro de una casa vieja, en esta casa el techo esta a punto de caer, estas afrontando una gran lluvia y no tienes fuego para poder calentarte, además a través del techo están cayendo goteras y tu te estas mojando.
Disfrutar de la lluvia o de un clima lluvioso para muchos es un placer, en cambio para otros es una aflicción.

Aquellos que vivimos en lugares en donde difícilmente habría una inundación no tendríamos problema en que lloviera cuanto quisiera, pero aquellos que por situaciones de la vida no tienen un lugar seguro o viven cerca de lugares propensos a inundaciones, tienen mucho que perder.

La vida a veces se convierte en un temporal, mucha lluvia y a veces pareciera que nunca va a terminar.
A veces dirigimos nuestra vista hacia todo lo que nos rodea y lo único que podemos ver es un cielo cerrado, gris y con lluvia que no deja de caer, pareciera que el panorama no cambiara nunca, que lloverá para siempre.
Sin embargo toda lluvia o tormenta tiene que terminar.
Un día tiene que dejar de llover, no lloverá para siempre, y eso es lo que nos tendría que mantener firmes y creyendo que tarde o temprano esa lluvia dejara de caer sobre tu vida.

Quizá a ti te está lloviendo sobre mojado desde hace mucho.

Quizá en varias ocasiones has alzado tus ojos al cielo esperando ver un rayito de luz que te haga pensar que esa lluvia terminara, pero sin embargo no vez nada, al contrario, veas hacia donde veas, solo existe un cielo lleno de nubes grises de lluvia que tapan cualquier rayo de luz que el sol quiera reflejar.

¿Conoces tu alguna lluvia que nunca deje de caer?, ó ¿Una tormenta que nunca cese?, aun el diluvio enviado por Dios ceso después de cuarenta días, y a la vez prometió nunca enviar otro diluvio.
¿Qué te hace pensar a ti que esa lluvia no cesara sobre tu vida?
¿Qué te hace pensar que esa tormenta no terminara?
¿Qué razones te llevan a creer que todo ira de mal en peor?
¿Acaso no tienes de tu lado a un Dios Todopoderoso capaz de hacer cosas inimaginables sobre nuestra vida?

Ese Dios que cada día de tu vida desde antes que nacieras se ha preocupado por ti, ese Dios que aun en los momentos más difíciles de tu vida y en los que creíste que no merecías su ayuda ha estado allí contigo ayudándote y sacándote adelante.
Entonces, ¿Qué te hace pensar que esa lluvia no terminara?, esa lluvia, tormenta o “diluvio” sobre tu vida terminara, tarde o temprano acabara, y entonces ¿Qué dirás?
Hoy quiero invitarte a nunca dudar, a siempre mantener tu fe intacta pese a cualquier tormenta, pese a cualquier lluvia prolongada en tu vida, no existe lluvia o tormenta que no tenga un final.
Si tan solo confiamos, si tan solo le creemos, si tan solo dejamos a un lado nuestras preocupaciones y dependemos solamente de Él, Dios jamás nos fallara.

Cuando esa lluvia termine, el sol tendrá que salir, los rayos del sol volverán a dar vida o aquello se creía perdido, el día será perfecto y sobre todo te quedara una enseñanza hermosa: El saber que toda tormenta o lluvia tiene su fin y detrás de su fin esta un Dios Todopoderoso que tiene cuidado de los suyos.

Génesis 7:17-19

Entonces vino el diluvio sobre la tierra por cuarenta días, y las aguas crecieron y alzaron el arca, y ésta se elevó sobre la tierra. Y las aguas aumentaron y crecieron mucho sobre la tierra; y el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. Y las aguas aumentaron más y más sobre la tierra, y fueron cubiertos todos los altos montes que hay debajo de todos los cielos.


Génesis 8:10-11

Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma desde el arca. Y hacia el atardecer la paloma regresó a él, y he aquí, en su pico traía una hoja de olivo recién arrancada. Entonces Noé comprendió que las aguas habían disminuido sobre la tierra.


Génesis 9:14-17

“Cuando envíe nubes sobre la tierra, el arco iris aparecerá en las nubes y yo me acordaré de mi pacto con ustedes y con todas las criaturas vivientes. Nunca más las aguas de un diluvio volverán a destruir a todos los seres vivos. Cuando yo vea el arco iris en las nubes, me acordaré del pacto eterno entre Dios y toda criatura viviente sobre la tierra». Entonces Dios le dijo a Noé: «Este arco iris es la señal del pacto que yo confirmo con todas las criaturas de la tierra»”.