Hoy puede ser un día importante para ti.
Trata tus días como si fueran los últimos de tu vida.
Vive intensamente cada minuto que respiras, cada segundo que tus ojos ven la ciudad.
Mira hacia arriba, cuando camines, no mires al asfalto: descubrirás otra ciudad, otros matices.
No dejes para mañana hacer esa llamada pendiente que tienes desde hace meses para decirle a alguien: cuenta conmigo.
A veces, puede ser demasiado tarde para decir un te quiero y nunca es tarde para decir lo siento.
A qué esperas para mirarte al espejo y llenarte de orgullo porque eres tu pequeño proyecto personal.
Quiérete tanto que seas capaz de dar el amor que te sobra dosificado en besos.
Párate un segundo y cierra los ojos: vuelve a soñar.
No existe un mundo sin sueños, sin aspiraciones, sin deseos.
Eres especial, porque eres único, genética y sentimentalmente inimitable.
Busca tus momentos de soledad porque son el tiempo que te pertenece.
El resto, dedícate a vivir rodeado de personas que te aporten energía positiva.
Conoce gente, lugares, vive historias que te apasionen, porque al final lo único que nos mueve es la pasión: la pasión nace desde el cerebro y viaja al corazón combinando nuestras más sutiles emociones.
Y al final de una jornada, cuando te acuestes, cuando hagas balance de tu día, sonríe porque podrás decir:
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